¿Dónde quedó la inocencia de los años viejos?
Cuando corríamos sin temor a nada,
pensando solo en juegos y alegría.
Cuando todo se solucionaba con un “lo siento”
y las heridas se curaban con un beso.
¿Por qué dejamos que se fuera ese niño?
Que podía reírse sin motivo alguno
aquel que gozaba de la vida,
que disfrutaba cada segundo.
Ese niño que hacía de los enemigos, amigos
y de los amigos, hermanos,
el que te tomaba de la mano
sin algún tipo de malicia
porque solo quería estar a tu lado
para poder ver tu sonrisa.
El que por primera vez te regaló una rosa
y enmudeció al verte tan hermosa,
el que te escribió en su libreta un verso
porque era un ser de corazón sincero.
Ese niño sin rencor, sin maldad
ese que no podía ocultar la verdad.
Luis Enrique
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